Christmas Pudding, un clásico británico!
Las festividades navideñas para los británicos en términos de postres es cosa seria! Pudin de navidad, torta de frutas glaseada, mince pies, trifle inglés, scottish shortbread, tronco de navidad y por último, pero no menos importante, la torta Reina Victoria especiada.
Si escoger entre el uno y el otro es ya un dilema, te imaginas cuán difícil será decidir con que maridarlo. Después de haber preguntado a muchos ingleses, incluyendo a mi esposo, sobre cuál es el postre favorito para estas fiestas, simplemente gritaron a viva voz CHRISTMAS PUDDING!
Este postre tiene una larga historia y tradición que se inicia en tiempos medievales y ha permanecido por siglos dentro del espíritu navideño de los habitantes y migrantes británicos. Anteriormente se le conocía como budín de ciruelas, de higos, de frutas, también como el budín de los cazadores o simplemente como budín al vapor. Fue en 1843 y gracias a Charles Dickens el famoso escritor, que en su novela Cuentos de Navidad nombra esta preparación como pastel navideño o christmas pudding. Para él este postre simbolizaba la unión, la alegría y la abundancia entre las diferentes clases y castas sociales que eran muy marcadas en aquellos tiempos y Dickens era un claro ejemplo de estas desigualdades.
La receta original de este postre no es como se la conoce actualmente. Desde el siglo XIV se preparaba un plato llamado formenty o porridge, que era algo como una sopa muy densa, en base a trigo hervido, carne, pasas, especias, que con el tiempo fue modificando sus ingredientes.
Y,a en el Siglo XVI, esta preparación se volvió más refinada y cambió de ser un plato salado a dulce, además de la forma de elaboración y uso de otros insumos. El postre de aquellos tiempos reflejaba los momentos que vivió el Reino Unido como potencia colonizadora, es decir, que se tenía acceso a más tipos de especias, frutas confitadas, deshidratadas a mejores precios.
La textura de este plato festivo también fue cambiando con el paso de los siglos. Mudo de ser un tipo de sopa a algo mucho más seco, firme, tanto así, que se podía cortar y conservar por más tiempo. Para lograr ese fin se incorporo huevos, sebo de animal, más especias, mayor proporción de frutas y también alcohol, tales como brandy, cognac, jerez dulce o cerveza negra estilo stout.
En la edad media el uso de las telas de algodón eran muy escasas, además no existír por entonces los moldes de pastelería. Es por eso que esa mezcla se volcaba al interior de las tripas de animal y de esa manera poder cocinarla en agua hirviendo por varias horas y sin perder su forma. Le decían perdigón gigante o “cannonball” por lo redondo y pesado que era.
Fue en tiempos más modernos que se pasó a usar cuencos de ceramica y moldes, los mismos que se dejaban inmersos dentro de otro recipiente para una cocción en baño maría y al horno. Esa es la técnica que se usa actualmente.
Tanto me había hablado mi esposo sobre este postre que cuando pasamos la primera navidad en Inglaterra en casa de mi suegra, finalmente lo llegue a probar y quedé muy impresionada. Primero fue ver el pudin envuelto en llamas por ser flambeado en brandy, para luego probarlo y sentir una textura super untuosa y de sabores muy exóticos. Era una maravilla poder reconocer tantas especias juntas.
Para rematar la experiencia, sentí más sabor a brandy en toda la fruta confitada y deshidratada de esa preparación, por haber sido maceradas en esa bebida alcohólica. Por cierto el postre se sirve caliente y bañado en una salsa cremosa en base a brandy, mantequilla y azúcar impalpable. Si quieres un postre que te alegre asi de rapido y te impresione por su riqueza de sabores, este es el indicado.
Como soy de no quedarme con las ganas, la siguiente navidad que pasamos en Perú, preparé ese fantástico budín inglés, incluso hice dos moldes y los compartí en familia, todos quedaron maravillados y muy felices de tanto brandy que lleva la receta. Y finalmente llegó la hora de hablar de algo que interesa a todos los amantes y profesionales del vino. El maridaje, pero antes de ello, hay que tener claras algunas cosas para ver cual es la mejor opción. Desde ya este postre es bastante sabroso, denso, húmedo, especiado, muy frutal, no tan dulce y con buen nivel de alcohol.
Los vinos de postre y los fortificados serían los más apropiados por su característico nivel de dulzor y como esa preparación es bastante rica y compleja en sabores, el vino que le iría fantástico sería un Tawny Port. Este vino fortificado es de mucho cuerpo, con gusto a frutas deshidratadas como higos, pasas y también por sus notas a nueces y almendras, además con un nivel de alcohol alto.
Y burbujas, porque no! ¡Chispeante sensación que refresca el paladar! De solo pensarlo, me atrae muchísimo la idea, pero ojo, debe tener el toque de dulzor apropiado para seguir el mismo baile de ese postre. Los vinos espumosos seco, semi – seco o dulce, dependiendo cuan dulcero seas, podrán resaltar las cualidades del budín.
Otra muy buena propuesta serian los vinos Cosecha Tardía y mejor si son en base a la uva Moscatel. Esta es una cepa de exuberantes aromas y gusto a flores blancas, duraznos, melocotones y también frutas cítricas como naranjas, mandarinas. Después de hablar tanto de este postre que llegamos al 24 de Diciembre y felizmente con el christmas pudding listo para compartir en una cena navideña con amigos.
Feliz Navidad amantes del vino!